Luna Nueva 21 de febrero del 2012

La Luna Nueva se produce a 2º 42´ de Piscis

En esta Luna Nueva, el cosmos sigue su marcha y no para igual que los molinos de antes que molían la harina muy despacio pero muy fina. El universo hace lo mismo en nuestro proceso evolutivo, va dando sus giros una y otra vez, para que tomemos consciencia pero, si nuestras estructuras internas son duras y, por lo tanto, nada flexibles, se romperán al encontrar fricciones por no flexibilizar nuestro
punto de vista. Seguramente nos falta alguna vuelta en la rueda de moler para comprender la importancia de la flexibilidad.

En la presente Luna Nueva, una de las energías que tendremos será la de los cambios. Normalmente aceptamos los cambios porque son cosas tangibles, evidentes, todo parece estar constatado, pensado y decidido, son cosas que están por llegar y que aun no conocemos pero que nos dan confianza.
Sin embargo, en esta luna los cambios no son tangibles, ni lógicos, ni parecen estar pensados. Son ideas abstractas, sin una forma definida pero que se hacen o las hacemos realidad según las vamos trabajando.

Si fuésemos capaces de captar un poquito de esta energía, se podría decir que oiríamos el susurro del Cosmos, del Plan Divino o de la Jerarquía planetaria, que nos indican los pasos precisos para
materializar un designio que está por llegar en nuestra sociedad
política, económica y educativa. Y, si tuviésemos la sabiduría suficiente para llevarla a término, surgirían las condiciones necesarias o las personas adecuadas para materializar este propósito.

Sabemos que toda fuerza espiritual que ha de manifestarse en nuestro mundo, debe reducir su propia luz para que la podamos entender y nosotros elevarnos un poco más por encima de la conciencia general para poder captarla. Una vez que esta fuerza se encuentra en nuestro mundo material, se presenta con “su luz y su sombra”, la cual debe llevarnos hacia la unidad del Ser sin sacar ventaja de ello, sin aprovecharnos de nuestra posición, sin imponernos a los demás y, simplemente, respetando a los otros en sus propósitos, sacamos la verdad de nuestra propia conciencia.

Otra de las energías que tenemos en esta Luna Nueva se puede denominar como “motor”. En nuestra vida, ese motor se manifiesta cuando hemos llegado al final de un ciclo, cuando no podemos más, en situaciones críticas, cuando estamos en el fondo de nuestras cloacas personales y, lo único que nos queda, es levantarnos por nosotros mismos y elevarnos por encima de las circunstancias que nos
arrastraron a esa situación.

Hay un relato antiguo que narra la historia de un Caballero hundido y maltrecho después de haber buscado en vano el Santo Grial. Ese tesoro que tan lejos había
ido a buscar y por el que tantos peligros había corrido, lo encontró
prácticamente al lado de su casa en la persona de un pobre leproso que le pedía
limosna.

Las
grandes verdades espirituales se dejan ver o entender en determinadas
circunstancias y se llegan a comprender cuando dejamos de buscar una idea
ilusoria que es más fantasía que realidad. Esta fuerza, por tanto, levanta a
los humillados y degradados, los revitaliza, les da una nueva juventud y los
convierte en motores de todas las cosas. Debido a las batallas sufridas en la
vida, saben discernir la manipulación egoísta de la verdad para el bien de
todos.

Desde
esta posición, procuraremos no cometer los mismos errores que antaño ya que se ilumina otro camino. En nuestra
realidad social, política, educativa, financiera, etc., van apareciendo
personas o grupos con otras alternativas (los indignados, manifestantes de Wall
Street, primavera árabe, etc.). Tratan de introducir en nuestro sistema mejores
valores morales para cambiar las estructuras egoístas de las instituciones, las
cuales no pueden mantener ya sus propias mentiras. Seguramente, hasta que las
agonías de estas instituciones no hagan fondo, no surgirá una realidad de
cambio; la piedra de moler va despacio pero muele muy fino.

Todos
sabemos que la vida es cambio, como las etapas del hombre (infancia,
adolescencia, madurez, etc.,), o los ciclos de la naturaleza a través de las
cuatro estaciones (primavera, verano, etc.,). Pero, aún así, hay cosas que
deseamos que no cambien... y eso es imposible. El Amor es una energía que tenemos que experimentarla cada uno para saber lo que es y, día tras día, año tras año y vida tras vida, vamos haciendo llegar nuestro Amor a un entorno cada vez más amplio y, hasta que lo comprendamos en su esencia, tendremos que pasar con el cariño de nuestro Yo Superior por la piedra de moler.

Que la Luz sea contigo.